Invadieron las tierras indígenas: Guerreros de Raoni lanzan una
operación de choque para alertar a la opinión pública sobre la
gravedad de la situación.
" Estoy decidido y soy combativo en la lucha contra Belo Monte, en la lucha por la demarcación de nuestro territorio Kapot Nhinore, en la lucha por nuestros bosques, nuestros ríos, la vida silvestre y por el Xingú. Desde hace mucho tiempo he estado exhortando a los gobiernos de turno para regularizar esta situación, pero, a pesar de las promesas, ellos no me oyen, por lo que vengo a solicitar su ayuda para delimitar mi tierra. No permitan que mi pueblo sea expulsado de su tierra. Necesitamos de ustedes para obtener esta demarcación y asegurar la permanencia de mis guerreros alrededor de nuestro territorio Kapot Nhinore hasta que la demarcación sea llevada a cabo."
- Cacique Raoni Metuktire, viernes, 10 de febrero 2012 -
El cacique kayapó Raoni y su gente, están luchando desde hace casi veinte años contra el gobierno brasileño por la demarcación de una franja de tierra de 200 kilómetros de longitud, que protege el acceso al río Xingú. La protección de estas tierras ancestrales y sagradas, cuyo nombre es Kapot Nhinore, fue la base para una importante recogida de fondos realizada por una asociación francesa en nombre del Instituto Raoni en septiembre de 2011. Pero las invasiones ilegales se han multiplicado en la zona, aumentando la tensión entre la población indígena y los invasores. Los fondos recaudados por su causa no han sido transferidos, y Raoni y su pueblo, abandonados por las autoridades locales, enfrentan esta situación con dificultad ... ¿hasta cuándo? La situación está empeorando después del último incidente. Este mensaje es un grito de alarma para ser divulgado a gran escala.
Han pasado casi 20 años dede que el jefe Raoni, en nombre de su pueblo, pidió al gobierno de Brasil la regularización por decreto del reconocimiento oficial un territorio ancestral -"olvidado" en las demarcaciones previas de las tierras indígenas en el Xingú (MT)-. Este es el territorio en donde su padre, su madre y sus antepasados están enterrados, una tierra donde nadie más vivió antes que ellos (los kayapó). Es allí donde se crió Raoni, en la rivera del río Xingú, amenazada ahora por los grandes proyectos hidroeléctricos, como Belo Monte, situado aguas abajo de la reserva Kayapó. Esta zona prohibía, en teoría, el acceso de los invasores al río y al bosque circundante, evitando una devastación irreparable.
Este fue el caso hace 20 años, pero la evidente falta de voluntad de los gobiernos sucesivos para el reconocimiento legal de Kapot Nhinore como tierra indígena, generó una situación explosiva. Los peritos topógrafos hicieron el trabajo, cuyo expediente completo se encuentra en la Funai desde hace años, pero los kayapó, cansados de esperar, entendieron que esta espera era una estrategia. Muchos colonos (agricultores, ganaderos, mineros, "pistoleros" ...) se instalaron en la zona, causando la deforestación, la contaminación del río y la reducción de la caza. Raoni y su pueblo, que estaban dispuestos a respetar el proceso definido por la Constitución brasileña, muy clara sobre los derechos de los pueblos indígenas, se sienten traicionados y violados.
Desesperado, Raoni consiguió la ayuda de organizaciones extranjeras, la Asociación para la Selva Virgen (AFV), fue una de ellas. Esta asociación le llevó a Francia en septiembre de 2011 bajo el pretexto de un "viaje privado por razones medicas" pero en realidad era para recaudar fondos para la demarcación del territorio denominado Kapot Nhinore. Los instigadores del proyecto omitieron decir durante las presentaciones publicas, que el decreto presidencial que autoriza la demarcación no fue firmado por el gobierno brasileño y que era necesario cumplir con un proceso largo y demorado antes de comenzar con el trabajo previo de medición. La primera fase, muy costosa, precisa de la expropiación de colonos y otros intrusos, así como el aseguramiento de la zona. Pero sin una verdadera voluntad política, este paso debe tomar mucho tiempo.
La búsqueda de fondos para la medición y el balizamiento de Kapot Nhinore, realizada por la asociación francesa AFV - en nombre de Raoni y su instituto - tuvo mucho éxito: ni el público ni Raoni tienen información precisa al respecto, pero de acuerdo a las indicaciones dadas por algunos miembros de AFV es posible estimar que, por lo menos, un millón y medio de euros fueron ya recolectados a través de donaciones públicas o privadas, patrocinios, donaciones de empresas del Ministerio de Cooperación de Francia, etc. Sin embargo, cuatro meses y medio después del comienzo de esta operación de recaudo, el responsable administrativo del Instituto Raoni dice que no ha llegado ni un solo euro proveniente de esta operación, aunque Raoni, presidente del instituto y otros funcionarios indígenas, habían requerido que cada donación se transfiriera inmediatamente, para que pudiesen hacer frente a las situaciones de emergencia que se presentan a menudo.
En consecuencia, el Instituto Raoni vive desde septiembre de 2011 en una situación precaria para afrontar las dificultades: el dinero es importante en zonas aisladas. Por lo tanto, a falta de recursos financieros, Raoni y su famoso sobrino Megaron (recientemente destituido de su cargo por la FUNAI-por su fuerte oposición a Belo Monte-) no pudieron ir a Brasilia para defender su causa, ni pudieron iniciar los procesos de expropiación y demarcación de sus tierras. La situación es absurda: a pesar de grandes donaciones atribuidas, el Instituto Raoni está obligado a apelar a la generosidad de sus integrantes para atender las emergencias e imprevistos. Estas colectas toman tiempo y son difíciles de llevar a cabo, en tanto que las crisis sufridas por los pueblos indígenas necesitan de una rápida reacción. Esto deja a Raoni y a su gente en un estado de gran vulnerabilidad para proteger su territorio.
El 29 de enero de 2012, unos cincuenta hombres - 22 Kayapó Mebêngôkre y unos 30 Jurunas - decidieron entrar en el territorio Kapot Nhinore para ocupar una parcela tomada ilegalmente por hombres armados. Los kayapó viajaron por tierra en un camión proporcionado por la Funai al Instituto Raoni en 2010, mientras que los Juruna fueron por el río. El objetivo de esta operación era el de alertar a la opinión pública brasileña sobre la situación y reanudar los procesos de reconocimiento legal y la demarcación de las tierras, detenidos durante hace años. Una vez dentro del territorio Kapot Nhinore, los indígenas exigieron la llegada de la policía para obligar al gobierno federal a reconocer oficialmente la presencia de colonos en la zona prohibida.
El gobierno no respondió a esta llamada, y los cincuenta hombres invadieron el 6 de febrero un albergue afiliado a una granja ilegal -cuyo dueño fue expulsado y condenado por la FUNAI en el año 2010 y los equipos (generadores, botes ...) fueron confiscados-. Las instalaciones están siendo utilizadas hoy en día por hombres armados.
La intervención de los nativos se llevó a cabo sin la presencia de los invasores, no hubo, entonces, confrontación alguna. Durante el regreso del grupo indígena de la aldea de Juruna de Pastana, una zanja reciente fue excavada en la carretera y les obligó a caminar los restantes siete kilómetros a pie. Por la tarde, se escucharon disparos, así como el sonido de una explosión y motocicletas, pronto seguidas por una nube de humo. En la mañana del 7 de febrero, encontraron que su vehículo fue destruido durante la noche por los colonos armados. La policía federal, llamada por los indios para verificar los hechos e intervenir, decidió no asistir, a pesar de la subida de tono de la confrontación y el riesgo de violencia. Los hombres armados pidieron refuerzos de elementos corruptos de la policía militar. Incluso, estos elementos dieron una paliza el día viernes, 10 de febrero, a un Juruna de treinta años llamado Kaya Yudja.
Para asegurar el área, el Instituto Raoni prevé enviar refuerzos. Pero no puede darse el lujo de pagar por alquilar un camión o comprar combustible. Una nueva llamada a la generosidad ya fue hecho. Cincuenta guerreros kayapó ya están en el área desde los incidentes, y muchos otros están en camino. En esta situación tan tensa, es evidente que un área protegida del territorio brasileño esta siendo intencionalmente abandonada y dejada "sin ley". Raoni no ve otra opción que ir en persona para intentar evitar un baño de sangre. Su viaje lo coloca en peligro de vida. Esta situación, que nos choca e indigna, podría evitarse si cada uno asumiese sus responsabilidades.
Seguiremos informando sobre el desenvolvimiento de la situación.
- Un mensaje de la asociación Planeta Amazona (Planète Amazone), hecho en París el 10 de febrero 2012
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