La lucha por la tierra, la defensa de los
recursos naturales y el derecho a mantener la identidad son bases en el trabajo
diario de los pueblos indígenas. Del 19 al 25 de abril, semana de los pobladores
originarios en su tierra.
_________Los pueblos y las
culturas, tienen su forma propia de ser, con sus costumbres, historia, idioma,
religión, etc. esto es su identidad y debe poder vivirla con autonomía, respeto
y libertad.
Auto reconocernos, autodefinirnos, como lo que somos y poder transmitir a
nuestros hijos la historia de su pasado, mantener nuestra lengua sentirnos
parte de un grupo, comunidad, Nación, que nos envuelva y nos permita seguir
siendo, a través del tiempo, nosotros mismos, es preservar la identidad.
En Argentina viven MAS DE
20 PUEBLOS INDIGENAS, cada uno con su cultura y modo de ver la vida
que los hace únicos frentes a los otros. La
valoración de sus modos de ser y la presencia de
esa gran diversidad entre nosotros, ayuda a nuestro presente aportando la mayor
riqueza: sus culturas milenarias. Los Pueblos Indígenas saben que necesitan
para seguir existiendo con sus identidades,
por eso la gran importancia de su participación al
tomar decisiones relacionadas con sus vidas
e intereses.
La continuidad y protección de los espacios en que se
desarrollan, montes, ríos, animales, etc. son fundamentales, la naturaleza es
eje en sus identidades. Asegurar sus territorios, respetar sus organizaciones,
fortalecer las autonomías, garantizar educación apropiada, condiciones
indispensables para hacer realidad el derecho que por ley les corresponde y que
esta protegido, no solo por el sentido común sino también, en la Constitución
Nacional Art. 75 Inc. 17, en el convenio 169 de la OIT y en la Declaración de
la ONU sobre los Derechos Indígenas entre otras.
Cuando no se respetan estas normas, cuando hay injerencia en las decisiones de
las Comunidades, existen responsables, Jueces, Legisladores, Funcionarios de
mayor o menor grado, Políticas de Estado, Cómplices desde el Silencio que lo
permiten. El resultado es, a veces, económicamente rentable
para unos pocos pero, más que nada, una perdida
irrecuperable para el PAIS
PLURIETNICO Y MULTICULTURAL que,
en justicia, debemos construir.
la
Semana de los Pueblos Indígenas se alza como un espacio de reflexión y
expresión de la situación en que viven estos pueblos, bajo lemas que expresan
sus distintas necesidades buscando propiciar un cambio de mentalidad en la
sociedad nacional y que el Estado Argentino se reconozca como un país
multiétnico y pluricultural y brindar al aborigen un lugar más activo en la
historia,
más relevancia y visibilidad en la sociedad, ya que hasta el día de hoy sigue
muy arraigada la discriminación hacia ellos.
Es
una ocasión para difundir también sus costumbres, su riqueza cultural, su forma
de vida, es decir, la belleza e importancia de su diversidad.
El
poblamiento humano del actual territorio de Argentina tiene una antigüedad de
entre 10 100 y 13 000 años, de acuerdo a los hallazgos de Piedra Museo, en la región
patagónica. Con posterioridad se conformaron tres regiones muy
marcadas: en el cuadrante del noroeste andino se establecieron culturas agro
alfareras emparentadas con la civilización
andina y una parte de ellas llegó a integrar la cultura inca; en el cuadrante nordeste se
establecieron culturas agroalfareras emparentadas con la familia
tupí-guaraní; en el cono sur de la pampa y la Patagonia se establecieron
culturas nómades.
Durante
la conquista europea las culturas indígenas que habitaban el actual territorio
argentino corrieron suerte diversa. Por un lado las culturas pampeanas y
patagónicas así como las que habitaban el Gran Chaco resistieron exitosamente
la conquista española y nunca estuvieron bajo dominación colonial. En el
cuadrante noroeste la colonización española estableció sus principales centros
de población y producción sobre la base de trabajo encomendado de los indígenas,
en tanto que las naciones indígenas protagonizaron grandes guerras e
insurrecciones contra los españoles. El cuadrante noreste se caracterizó por el
establecimiento de las misiones
jesuíticas de los pueblos guaraníes que conformaron un tipo
completamente original de sociedad indígena-cristiana autónomas de la Monarquía
Hispánica que se enfrentaron incluso a las tropas conjuntas de
España y Portugal en la llamada Guerra
Guaranítica, y que fueron finalmente disueltas por la Corona
Española en 1767.
Todas
las naciones indígenas sufrieron también el colapso demográfico que afectó a
todos los pueblos indígenas americanos, y que fue en gran medida consecuencia
de las enfermedades introducidas por los europeos. Se estima en 400 mil a 1
millón los indígenas a la llegada de los españoles, estando principalmente
asentados y agrupados en los valles más fértiles del NOA y, en menor grado, en las orillas de los grandes ríos
del Litoral
argentino, el resto del extenso territorio tuvo una densidad
demográfica inferior a menos de 1 habitante por kilómetro cuadrado ( <1
hab/km²).Las fuentes más altas llegan a 1 500 000 y las más bajas a
solo 300 000 personas.
Una
vez constituida como nación independiente las Provincias
Unidas de Sud América, primero y su continuadora la República
Argentina, después, iniciaron un proceso de conquista de los territorios
ocupados por los pueblos originarios que no habían sido dominados por el
Imperio Español, especialmente en la pampa, la Patagonia y el Gran Chaco. Estas guerras contra
el indio, tuvieron su punto más alto en la llamada Conquista
del Desierto de 1880 en la que fueron derrotadas las etnias Mapuche y Ranquel, y le permitieron a la Argentina
triplicar su territorio y expandirlo hacia el norte y hacia el sur.
Los
datos definitivos de la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI)
realizada en 2004-2005 destacan la existencia de 35 pueblos indígenas en la
Argentina, integrados por 600 329 individuos (457 363 que se
autorreconocen pertenecientes a algún pueblo aborigen más 142 966 que no
pertenecen pero son descendientes en primera generación de un pueblo aborigen)
equivalente a aproximadamente el 1,6% de la población total.5 Ello sin perjuicio de que
poco más de la mitad de la población tiene al menos un antepasado indígena,
aunque en la mayoría de los casos se ha perdido la memoria familiar de esa
pertenencia. Todas las culturas indígenas han sido afectadas por un proceso
deliberado de invisibilización,
promovido desde el Estado, desde la segunda mitad del siglo XIX.
En
el actual territorio argentino vivieron y se establecieron varias culturas
indígenas con diferentes evoluciones, que irían confluyendo en cuatro
grandes áreas sin límites claros: la llanura pampeana y la Patagonia, donde no
parecen haberse desarrollado culturas agroalfareras; la zona central, y la
noroeste andina, donde aparecieron varias culturas agroalfareras de tipo andino
basadas en el maíz y la papa, incluso con pequeñas ciudades, ligadas; y la zona
del Litoral y
la Mesopotamia
argentina, donde llegaron a desarrollarse culturas agroalfareras
fundadas en la mandioca, de
carácter diferente a las andinas, con culturas de gestión de la selva (por
ejemplo roza) y el medio ambiente.
Los aborígenes en la región
pampeana y la Patagonia
La
presencia humana más antigua en territorio argentino ha sido registrada en
la Patagonia (Piedra Museo, 13.000 años ),
aparentemente relacionada también con la posible presencia humana mucho más
antigua aún detectada en el sur chileno (Monte Verde, 33 000 años ).
Estos descubrimientos no solo han puesto en crisis la teoría del poblamiento
tardío y la llegada por Beringia, sino que
sugieren una corriente pobladora de entrada al actual territorio argentino a
través de la Patagonia y el extremo sur chileno.
Otro
remoto asentamiento fue ubicado en Los
Toldos, también en la provincia de Santa Cruz con restos que datan
de 10 500 años.
Hace 9000 años surgió la industria Toldense,
caracterizada por puntas de proyectil subtriangulares bifaciales y raspadores
laterales y terminales, cuchillos bifaciales y herramientas de hueso.
Estos
primeros habitantes del territorio argentino cazaban milodones (con el cuerpo parecido a
un gran oso aunque con cabeza semejante a la de un camello ya que el milodón
era un herbívoro ya extinguido) e hippidiones (caballos
sudamericanos que desaparecieron hace 10.000 años), además de guanacos, llamas
y ñandúes.
En
la misma zona, la Cueva de las
Manos ( un alero a orillas del cañón del Río Pinturas en Santa
Cruz), se han hallado pinturas rupestres de7300 años: impresiones de palmas de
manos previamente teñidas con pintura fresca a partir de tintes naturales;
"negativos" de manos obtenidos con pinturas en aerosol -se soplaba la pintura a
través del canal medular de un hueso- sobre las paredes rocosas interponiendo
las manos entre el medio (la pintura en aerosol) y el soporte (la
pared natural de roca); e imágenes de guanacos muy elegantemente y
estilizadamente figuradas. Se trata de una de las expresiones artísticas más antiguas de los pueblos sudamericanos y ha
sido declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco. Como en el arte Magdaleniense europeo, es muy
probable que estas representaciones estuvieran asociadas a un pensamiento mágico (especialmente a la llamada magia
simpática) en la cual el rito de dibujar
lo deseado se suponía atraía lo deseado (en estos casos el alimento a partir de
la caza).
Más
tarde, entre los 7000 y 4000 años ., aparece la industria Casapedrense,
caracterizada por una mayor proporción de instrumentos líticos confeccionados
sobre láminas, probablemente como una muestra de la especialización en la caza
del guanaco, lo cual también esta presente en
los desarrollos culturales posteriores de los patagones o tehuelches.
Desde
ese momento y hasta la llegada de los europeos (inicios del siglo XVI) los tehuelches poseían un modo de vida
cazador-recolector en el que hacían uso de una movilidad estacional,
desplazándose en pos de las manadas de guanacos; durante los inviernos se
encontraban en las zonas bajas (vegas, mallines, costas, orillas de los lagos,
etc.) y durante el verano ascendían a las mesetas centrales de la Patagonia o a
la cordillera de los Andes en
donde tenían entre otros sitios sagrados el cerro Chaltén.
Hacia
el siglo XIV d. C., una rama de los tehuelches; los Selk'nam, invadió la Isla
Grande de Tierra del Fuego, forzando a los Yámana y Kawéskar, que se encontraban allí al menos
desde el siglo X, a desplazarse hacia las costas meridionales y occidentales.
Las
culturas pampeanas y patagónicas, debido a razones que Marvin Harris califica como emic, no
pudieron sedentarizarse ni especializarse en la agricultura ni la consecuente
agroalfarería: la ecología de los territorios que habitaban y el índice
demográfico de los pueblos pámpidos hacía que su economía más
sustentable fuera la basada en un sistema "primitivo" y por
estos motivos se organizaron sobre la que había sido durante milenios una
exitosa base de sistemas de caza y recolección. Aproximadamente a partir de
mediados del s. XVII, merced a la captura y domesticación de los caballos importados por los
españoles, devinieron los pámpidos (como los pámpidos «guaycurúes» de la ragión
chaqueña) en complejos ecuestres que, literalmente, cazaban ganado
cimarrón ya que la alta movilidad y dispersión que la ecología (o mejor dicho
la mesología -por
ejemplo grandes temporadas de sequía-) le había impuesto tradicionalmente a
estas etnias les hacía a las mismas antieconómica e incluso impráctica de la
ganadería. Solo desde la segunda mitad de siglo XIX se aprecia un incipiente
cambio de estrategia en el modo de
producción de la mayoría de los pámpidos (desde la Tierra del
Fuego hasta el Chaco Boreal inclusive);
desde la segunda mitad del siglo XIX las diversas etnias y parcialidades de los
pampidos, al ver mermar los recursos de caza y recolección y al tener un
aumento demográfico que implicaba mayor presión sobre los recursos naturales no
cultivados se vieron obligados a refundar su economía en una incipiente agricultura
de subsistenciacasi siempre reducida a horticultura (aunque, como se ha
explicado, la falta de técnicas para contrarrestar las sequías en zonas que
recién dejarían de ser consideradas "desierto" tras el cultivo dry farming hicieron que sus intentos
no fueran todo lo exitosos que requerían).
El Litoral y el noreste
Como en la región pampeana y
patagónica, los originarios del Litoral y
del NEA tuvieron
sus modos de producción casi exclusivamente basados en la caza y la
recolección: vivían en una zona naturalmente selvática de grandes ríos (Paraná, Paraguay, Uruguay, Salado del Norte, Bermejo y Pilcomayo)
estos grandes ríos posibilitaban relativamente fáciles flujos culturales pero
así también una fuerte inestabilidad política debido a que los mismos ríos
citados se transformaban en fáciles rutas de invasiones.
La naturaleza del territorio al
ser pródiga en pesca, caza y frutos hizo que resultara mucho más económico un
modo de vida cazador reproductor que la agricultura o la ganadería, por otra
parte el clima muchas veces perhúmedo no facilitaba una incipiente agricultura
ni menos una ganadería. En tal situación se encontraban entonces (los llamados
peyorativamente por los invasores guaraníes) "guaycurúes" (entre ellos los
pampidos Qom -apodados por los guaraníes
despectivamente como "toba/s" (frentones) -, mokoit (mocovíes), abipones, malbalas, nivakles (o chulupíes o chunupíes),pilagás, charrúas.
Quizás devenidos de andidos,
pampidos y amazonidos se cuentan a los wichis (apodados
peyorativamente de "matacos" por los invasores
quechuas), vilelas, kaigangs, mocoretás, timbúes, chanáesy querandíes -estos
últimos también pampidos aunque con nombre más conocido por el que le dieron
los guaraníes-.
Hacia fines del s. XV la región
se conmovió por la invasión de un pueblo amazónido que
se expandía debido a su intrínseca fuerte presión demográfica facilitada por la
incipiente e intensiva horticulturade
la mandioca y el cazabe (maíz), esta etnia era la de los avá (más conocida como guaraníes); así como los quechuas
transculturaron mucho a las etnias del noroeste y los mapuches a los del sur de
la región pampeana y norpatagónica lo mismo hicieron en todo el Litoral y gran
parte del NEA los avá (o, guaraníes); los avá (o guaraníes) lograron invadir
zonas del Chaco Boreal sometiendo
a los (de origen arawaco) chanés y "chorotís" (los segundos, autodenominados yofuasha)
entre otras naciones preexistentes a la invasión guaranítica y en pleno Chaco
Boreal, por mixogénesis forzada forjaron la etnia de los "chiriguanos" (la palabra chiriguano es
un insulto con el cual los quechuas y hablantes de quechua -o, runa simi-
motejaban a los guaraníes, desde el presente siglo los mixogénicos
"chiriguanos" prefieren llamarse "avá-guaraní" aunque tal
nombre no es exacto históricamente ya que todos los guaraníes "puros"
se autodenominan "avá" - = hombre-.).
Como otros pueblos indígenas
sedentarizados; desde la llegada de los españoles en el s. XVI las zonas de
cultivos con malocas y buenas
comunicaciones fluviales fueron fácilmente conquistadas por los europeos y fue
rápido el mestizaje, en cambio las zonas menos ricas agricolamente y más
alejadas pudieron resistir a la penetración europea hasta fines del s. XIX.
Por otra parte en esta zona se
dio muy tempranamente una fuerte síncresis por causa de la intensa
actividad misional de jesuitas y franciscanos, los primeros especialmente
entre los siglos XVI y casi mediados del s. XVIII.
El Centro
El centro del territorio
argentino en el continente americano fácilmente puede ser percibido como una
encrucijada de diversas corrientes indígenas: pampidos, amazónidos, andidos y huárpidos, los más antiguos parecen haber sido los barbados
(barbudos) huarpidos, seguidos por los pampidos, muy posteriores fueron los
andidos y amazonidos.
Delimitar el área del Centro no
es nada fácil ya que además de ser una región de encrucijadas culturales ésta
carece de límites lo suficientemente concretos.
A
groso modo puede decirse que el Centro tiene su núcleo geográfico en la actual
provincia de Córdoba, y que abarca el centro y norte de la provincia de San Luis;
el noroeste de Buenos Aires, el oeste de Santa Fe, el norte de la provincia de
La Pampa, el sureste de La Rioja y gran parte (especialmente el sur) de la
provincia de Santiago del Estero.
Según el mapa que se ha descrito,
en el Centro a la llegada de los españoles (s.XVI) había dos zonas
culturalmente bastante diferenciadas aunque los límites tenían fluctuaciones y
gradaciones: una zona en donde las poblaciones eran sedentarias, agricultoras y
agroalfareras; esa zona correspondía a los Henia-Kamiar o comechingones en
las Sierras de
Córdoba y de San Luis, en cambio lossanavirones procedentes
del interfluvio de los ríos Dulce y Salado (zona de Salavina)
aunque (como los toconoté y lules) poseían una incipiente
horticultura y muchos influjos andidos aún en el s. XVI basaban gran parte de
su supervivencia en la caza, pesca y recolección. Dentro de la zona centro (más
exactamente en el noroeste de la actual Córdoba y el norte de San Luis y
sudoeste de Santiago del Estero) se ubicaban los más australes conjuntos diaguitas:
los olongastas y ambargastas; los olongastas casi con toda certeza han sido los
llamados "indamas" por los españoles. Las llanuras templadas de la zona
central estaban escasamente pobladas por etnias trashumantes cazadoras
recolectoras de pampidos, particularmente por Hets .
En la zona central son
indiscutibles los influjos andinos (máxime si se tiene en cuenta que el Cuyo abarca también a la provincia de San Luis), sin
embargo existe una fácil tendencia pseudoantropológica o de diletantes de la
antropología a "andinizar" a las culturas de esta región como si
las mismas no hubieran desarrollado un conjunto cultural propio antes de
la invasión incaica; cabe señalarlo bien: así como el noroeste muy
marginalmente y efimeramente fue un territorio sometido a los incas (o
monarquía de los peruanos quechuas) el centro jamás estuvo subyugado por tal
monarquía ni por ninguna otra antes de la llegada de los españoles en el s.
XVI.
Oeste, noroeste y norte andino
La
zona del norte comenzó a ser habitada hacia el año 7000 años.
Los
distintos grupos étnicos que habitaron la región andina (sin contar los Andes
patagónicos) fueron los omaguacas, atacamas, diaguitas y huarpes; en cuanto a los calchaquíes son descendientes de una
de las parcialidades de los diaguitas) . estos pueblos fueron
dominados entre circa 1480 a 1533 por la cultura inca de los
invasores quechuas aliados con los aimaras procedentes del Perú y de la cuenca
del lago Titicaca en el sur de Perú y el norte de Bolivia (la palabra
"diaguita" fue un mote dado por los aimara ya que en el idioma aimara thiakita significa
"alejado", "foráneo") , la duración del imperio inca fue
relativamente breve pero dejó notorios influjos (principalmente en la toponimia) ya que aún luego de la conquista
española a partir de 1535 el idioma quechua (o runa sini) era ellengua vehicular de gran parte de la
región andina . Como los otros habitantes de la región andina, tenían
conocimientos muy avanzados de la agricultura, la construcción de terrazas y
el riego artificial. También criaban animales como la llama que les servían para comerciar
con otros grupos indígenas.
Las
poblaciones originarias en la Argentina han disminuido mucho con relación a la
población en general. Esto se debe a diferentes causas interrelacionadas, como
las enfermedades, el mestizaje, las campañas de exterminio (siglos XVIII y XIX), la brusca interrupción de sus culturas
y la inmigración considerable de Europa. Aunque algunas provincias del norte de Argentina
(Jujuy, Salta) son las que más conservan sus costumbres indígenas en
celebraciones, bailes, comidas y también es la zona del país que más indígenas
tiene cuenta con más de 970.000 indígenas entre ellos los kollas (grupo étnico en el cual se han fundido gran parte
de los atacamas, omaguacas, diaguitas y chichas y que ha recibido un fuerte
influjo quechua), en cuanto a los aimaras y quechuas que actualmente hay en esa
zona en su inmensa mayoría son inmigrantes recientes (a partir de las últimas
décadas del recién pasado s. XX) procedentes de zonas de Bolivia (los aimara proceden de la cuenca del lagoTiticaca en el norte de Bolivia y el
sur de Perú), los quechuas proceden del Altiplano boliviano aunque su núcleo de
origen sea la región andina central de Perú).
LISTA
DE PUEBLOS INDIGENAS
ETNIAS
ACTUALES.
ENTRE LOS PUEBLOS
INDÍGENAS ACTUALMENTE EXISTENTES EN ARGENTINA,
INCLUYENDO A DESCENDIENTES MIXOGENIZADOS DE PUEBLOS CUYOS COMPONENTES PUROS SE
HAN EXTINGUIDO, SE ENCUENTRAN:
§ aymaras
§ chanés
§ charrúas
§ chiripás
§ chorotes
§ chulupís
§ huarpes
§ kollas
§ lules
§ mapuches
§ mocovíes
§ pampas
§ pilagás
§ puelches
§ quechuas
§ tapietés
§ tastiles
§ vilelas
Etnias extintas
Además
de los grupos mencionados, hay otras etnias que han desaparecido como pueblos,
incorporándose a través del mestizaje a la población genéricamente argentina.
Regiones del
Litoral y del Chaco
§ abipones
§ mataráes
§ mbayás
§ ocoles (rama
de los vilelas)
§ omoampas
(rama de los vilelas)
§ vacaas (rama
de los vilelas)
§ yaros
§ yecomoampas
(rama de los vilelas).
Regiones del
Noroeste, Centro, Cuyo y Patagonia.
§ chichas
§ churumatas
(rama de los jujuyes-su núcleo estaba en Tarija hasta que fueron desarraigados por los quechuas en
el s. XV.)
§ jujuyes
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