Colombia pierde al año 60 mil hectáreas
de bosque por incendios forestales
Los colombianos y sus autoridades deben extremar el principio de precaución y planificar la ocupación del territorio como una medida preventiva frente a la quema de pastos y bosques.
Estas recomendaciones fueron hechas por la bióloga Dolors Armenteras Pascual, profesora del Departamento de Biología de la Universidad Nacional de Colombia, autora de la investigación “Evolución de las áreas quemadas en Colombia”.
Para la profesora, con las siguientes recomendaciones se pueden prevenir los incendios forestales: las comunidades y las autoridades del país deben extremar el principio de precaución durante las épocas de sequía, pues las probabilidades de quemas de vegetación son muy altas.
La ocupación del territorio y su uso deben ser planificados y controlados, particularmente en los frentes de colonización; aunque todos los ecosistemas son importantes, hay que tener en cuenta que a la hora de protegerlos unos son prioritarios frente a otros; y quienes toman las decisiones deben usar como punto de referencia de sus determinaciones lo que está haciendo la academia.
“También se debe trabajar en la prevención del uso del fuego como herramienta por parte de las comunidades”, recomendó Armenteras.
El manejo y control de los problemas ambientales les compete a todos los ciudadanos y las organizaciones privadas y públicas, afirmó la docente, y por lo tanto todos deben contribuir a la protección de los ecosistemas.
Las regiones más afectadas por los incendios, en términos de extensión, son Orinoquia, Amazonia y Caribe, explicó la investigadora. Sin embargo, Amazonia presenta el mayor número de pequeñas quemas, seguida por Orinoquia y Caribe.
La regeneración de los sectores afectados se da con mayor rapidez en la Orinoquia, porque la mayor parte de la cobertura son pastos y arbustos, y tarda indefinidamente en la Amazonia, en donde la cantidad y tamaño de la vegetación son superiores. Mientras en las áreas de sabana la capa verde se puede regenerar en dos años, los daños en los bosques selváticos son irreparables.
Se sabe que estas regiones son afectadas por las quemas, pero se desconoce la cantidad de emisiones de gases de carbono que generan estos incendios, dijo Armenteras, para quien “así como hay alertas tempranas en clima, hay que pensar en tenerlas en relación con las quemas. Esperemos que este tipo de investigaciones sean consideradas para este propósito”.
“El hecho de que lleguen a quemarse por año 60.000 hectáreas de bosque en Colombia puede no parecer significativo, con respecto al total nacional que supera ese valor en más de 10 veces.
Pero si se tienen en cuenta las dificultades asociadas a la regeneración de los bosques naturales, se hace urgente tomar acciones que prevengan que los bosques colombianos se vean afectados por los incendios forestales, cuyo origen suele estar asociado en la mayoría de los casos a la mano humana”, concluyó la investigación sobre lo ocurrido en este campo entre 2000 y 2009.
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