LA AMAZONIA, EN FASE TERMINAL.
El Senado brasileño aprobó el texto del polémico nuevo Código Forestal, acusado por ambientalistas de abrir camino a un aumento de la deforestación de la Amazonia y de conceder “amnistía” a los que destruyeron bosques ilegalmente.
El proyecto elaborado por los senadores oficialistas Jorge Viana, del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), y Luiz Henrique, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), fue aprobado por 59 votos a favor y sólo siete en contra.
El texto de Viana y Henrique modifica el proyecto aprobado en mayo por la Cámara Baja, y por ello volverá a ser sometido al análisis de los diputados antes de ser elevado a la promulgación de la presidenta Dilma Rousseff.
El proyecto aprobado por los senadores exime del pago de multas a terratenientes y agricultores responsables de deforestaciones ilegales realizadas hasta 2008, siempre y cuando asuman el compromiso de recuperar las áreas de bosques destruidas.
Los pequeños propietarios rurales (áreas de hasta 400 hectáreas, según el estado) también quedan liberados de recuperar las áreas deforestadas ilegalmente.
Además, el proyecto reduce de 30 a 15 metros el área de vegetación original que debe ser preservada a orillas de ríos con hasta diez metros de ancho, lo que, según los ambientalistas, genera un riesgo de aumento en el número de catástrofes naturales, como inundaciones y derrumbes de tierra.
Otro punto polémico es la reducción del área de reserva forestal obligatoria, que por el Código actual llega a un 80 por ciento en la Amazonia, a un 50 por ciento en los estados donde unidades de preservación y/o tierras indígenas ocupen más del 65 por ciento del territorio.
La votación de hoy estuvo antecedida por protestas de la organización ambientalista Greenpeace, cuyos integrantes ocuparon la Plaza de los Tres Poderes para instar a la presidenta Dilma Rousseff a vetar el nuevo código forestal que, a juicio de Greenpeace, agravará la deforestación en el país.
Según la coordinadora de la campaña contra el Código Forestal de Greenpeace Brasil, Tatiana de Carvalho, los ambientalistas desean que Rousseff “entre a este juego” y cumpla su promesa de vetar todas las disposiciones aprobadas por el Congreso que puedan estimular la deforestación.
Carvalho reconoció que el texto aprobado por la Comisión de Medio Ambiente del Senado es mejor que el que salió en mayo de la Cámara de Diputados, pero sostuvo que los cambios no solucionaron los problemas del proyecto: “La sociedad civil sigue siendo ignorada, así como la ciencia y los movimientos sociales”.
La preocupación de los ambientalistas por el nuevo Código Forestal también llegó a Durban, donde se realiza la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) alertó en la ciudad sudafricana de la destrucción de enormes superficies de las selvas brasileñas a raíz del nuevo Código Forestal que, según enfatizó, permite la destrucción de 76,5 millones de hectáreas de bosque, una superficie similar a la de Alemania, Austria e Italia juntas.
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