COMENZÓ EL TIEMPO DE SIEMBRA EN LA QUEBRADA DE UMAWAKA, LA PROPIA ECONOMÍA DE LOS LUGAREÑOS.
La actividad agrícola es una de las bases de la economía regional
Comenzó la temporada de siembra en toda la Quebrada de Humahuaca, los productores agrícolas deben enfrentar los aumentos de los insumos tales como químicos y abonos naturales, la elevación de los costos del combustible y de las semillas y las problemáticas de siempre, la falta de agua para riego, la limpieza de los canales, y la falta de un mercado propio para poner un valor agregado a cada producto.
Desde Purmamarca hasta Humahuaca todos los productores agrícolas de Maimara, Cieneguillas, Tunalito, Hornillos, Chicapa, La Banda, Juella, Angosto del Perchel, Villa El Perchel, Huacalera, La Huerta, Colonia San José, Chucalezna, San Roque y el interior del departamento de Humahuaca iniciaron una nueva temporada de siembra con la lógica esperanza de tener un año mejor que el pasado.
La actividad agrícola es una de las bases de la economía regional que en épocas pasadas, antes de la declaración de la Quebrada de Humahuaca como Patrimonio de la Humanidad, era el principal sostén económico de los habitantes y que en la actualidad comparte la misma importancia que la industria del turismo.
A la vera de la ruta nacional número nueve, principal vía de comercialización, se puede observar de norte a sur el trabajo incesante de los productores locales que empezaron con las plantaciones de hortalizas y verduras en cantidades superiores a décadas anteriores y que también muestran un adelanto industrial con la utilización de pequeñas maquinarias para fortalecer la producción.
Son muchos los casos que dejaron en el pasado el arado a mano, es decir con animales, los que son utilizados para situaciones particulares. La utilización de maquinarias y agro-químicos ha encarecido la producción por lo cual necesitan un mercado más amplio y competitivo, además de más tiempo de siembra y cosecha.
En la actualidad la organización en cooperativas es fundamental por varias razones, una de ellas es para adquirir insumos a menor costo, otra para mantener un precio que les produzca ganancias y para poder alcanzar beneficios del estado. Ese es uno de los ítems que está en deuda ya que los que son dueños de los campos, en muchos casos, prefieren arrendar o ir a medias con el que trabaja la tierra. Quizás esa sea una de los puntos a analizar porque quedan al descubierto a la hora de poner los precios, ya que al no poder contar con mano de obra local, adquieren mano de obra del vecino país y eso imposibilita una uniformidad a la hora de las ventas. Resulta que el trabajo de los del vecino país hace que bajen los costos de mano de obra y por ende los costos de los productos, lo que tiene incidencia en toda la Quebrada.
Entonces existe una contraposición y una contradicción, encarecen los costos de los productos agrícolas con la utilización de maquinarias y por falta de mano de obra local, reciben personas de afuera, lo que hace que se disminuyan el precio de las verduras y hortalizas. Es una situación visible, en todos los campos se encuentran trabajadores de nacionalidad boliviana que viven en condiciones delicadas.
Otro dato para tener en cuenta, además de la falta de mano de obra local. Los pobladores locales no quieren trabajar la tierra, son muchos los que se conforman con los planes sociales y con los espacios de empleos que genera la política en los municipios, donde trabajan como jornalizados y alcanzan un ingreso de cuatrocientos pesos por mes, monto que no permite el desarrollo personal, por el contrario los hace depender del sistema político actual.
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