El Awka

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DESDE MAIMARA - QUEBRADA DE HUMAHUACA - PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD - JUJUY - ARGENTINA

miércoles, 7 de agosto de 2013

MAS ATENTADOS CON NUESTRA MADRE TIERRA!!!

PERÚ: EMPRESA ESPAÑOLA REPSOL REALIZARÁ PERFORACIONES EN RESERVA “PROTEGIDA” DE LA AMAZONIA.


La compañía pretende operar en una región habitada por pueblos indígenas extremadamente vulnerables a cualquier contacto con foráneos.
El Ministerio de Energía y Minas (MEM) del Perú, ha dado el visto bueno a Repsol para la exploración de petróleo en un área “protegida” y una reserva propuesta en el norte del país, en la remota selva amazónica de la frontera con Ecuador.
De acuerdo al estudio de impacto ambiental (EIA) del proyecto, inicialmente presentado al MEM en 2011 y aprobado el mes pasado, la exploración incluirá pruebas de exploración sísmica 3D a través de un área 680 kilómetros cuadrados y la perforación de al menos veintiún pozos.
Aunque Repsol no lo reconoce, todas las pruebas y veinte de los veintiún pozos caen dentro de un área que fue propuesta como reserva para los pueblos indígenas que viven en lo que la ley peruana llama “aislamiento voluntario” y que son extremadamente vulnerables a cualquier tipo de contacto con gente del exterior.
La creación de esta reserva fue propuesta por la organización regional indígena ORAI en 2003, con el fin de proteger la región y prohibir que madereros, mineros y las empresas petroleras y de gas – como Repsol – operen ahí.
En diciembre del año pasado, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) acordó dar 1 millón de dólares al Perú con el objetivo declarado de proteger a los pueblos indígenas “aislados” del país – algo de lo cual estaba programado para ser gastado en hacer realidad esta reserva propuesta-.
En 2007 la organización nacional indígena AIDESEP hizo una solicitud de medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para ayudar a detener a Repsol, pero el Ministerio de Justicia de Perú está poniendo en duda la existencia de los pueblos “aislados” y está instando a la CIDH para archivar el pedido.
Según el EIA – preparado por Repsol y una consultora llamada Gema – las pruebas sísmicas requerirán la detonación de explosivos subterráneos, 42 campamentos, 75 helipuertos, más de 1.300 trabajadores, 3.800 zonas de descarga, y 3.770 kilómetros de trochas de 1,5 metros de ancho.
Estas pruebas se deben llevar a cabo en el corazón de la reserva propuesta, muy cerca de una zona donde, según un mapa enviado por la organización regional indígena ORPIO a la CIDH el año pasado, unos”aislados” fueron vistos en 2008.
Seis de los pozos – cada uno de ellos requiere 247 trabajadores – estarán ubicados en el interior de la Reserva Nacional Pucacuro, un área supuestamente “protegida” de 637.953 hectáreas creada hace tres años. Si se estableciera la reserva para los aislados una parte ubicada más al sur se superpondría parcialmente a la reserva Pucacuro.
El objetivo declarado de la Reserva Pucacuro es proteger “una de las áreas más importantes para la conservación de la biodiversidad a nivel mundial” y “excepcional” riqueza de especies.”
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ACUÍFERO PARAGUAYO SANGRA POR LA HERIDA.

La invasión de aguas salobres y de líquidos cloacales afecta al acuífero Patiño, uno de los principales recursos hídricos de Paraguay.
La paraguaya Josefina Samaniego no sabía que el agua podía tener sabor y color hasta que se mudó a la ciudad de Limpio, a unos 10 kilómetros de Asunción. El líquido extraído de los pozos de esa comunidad de 73 mil habitantes no es inodoro, ni incoloro, ni insípido.
El agua que consume Samaniego es rojiza, salada y huele a tierra fresca. Es producto de lo que los técnicos llaman la salinización del acuífero Patiño, un depósito natural de agua subterránea que abastece a más de dos millones de personas.
El acuífero Patiño abarca mil 173 kilómetros cuadrados en el sudoeste de la región Oriental de Paraguay. Se extiende bajo Asunción y su área metropolitana, todo el departamento Central y parte del de Paraguari, zona muy urbanizada y donde residen más de 38 por ciento de los seis millones de habitantes del país.
Es hermano menor del acuífero Guaraní, de 1,2 millones de kilómetros cuadrados, compartidos por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, una de las principales reservas de agua dulce del planeta.
La ubicación del Patiño es a la vez su mayor potencial y su peor peligro, explica al ser entrevistada Elena Benítez, directora de Recursos Hídricos de la Secretaría del Ambiente (Seam). La excesiva extracción ha producido el descenso del nivel del agua y el aumento sustancial de la contaminación.
Según estudios de la Seam, el nivel de agua del acuífero pierde en promedio medio metro por año.
La salinización es resultado directo de este proceso y afecta las zonas costeras del río Paraguay, que divide al país en dos regiones: Oriental y Occidental o Chaco. Esta última es árida y con alta salinidad.
La disminución del caudal del acuífero propicia la entrada de una corriente subterránea de agua salobre proveniente del Chaco en una compensación del déficit.
El problema es menor en la capital porque la proveedora estatal de agua, Empresa de Servicios Sanitarios, se abastece del río Paraguay, señala en entrevista Félix Villar, presidente de la Asociación Paraguaya de Recursos Hídricos (APRH). Pero el resto de los municipios extraen directamente agua del acuífero, a través de sistemas comunitarios, proveedoras privadas (aguaterías) o perforaciones domiciliarias.
Se calcula que en el área de influencia del Patiño operan unas 300 aguaterías y hay más de mil 500 perforaciones particulares.
“Me costó mucho acostumbrarme, pero ahora ya casi no siento” el sabor, relata Jerónima Villalba, mientras extrae agua de un pozo artesiano de 14 metros de profundidad en su vivienda del asentamiento Villa Flamenco, en Limpio.
Villalba es una de las pocas residentes de este barrio que todavía tienen un pozo artesiano. El resto de las casi 200 familias de Villa Flamenco se proveen de una aguatería privada, cuya planta de bombeo está ubicada varios kilómetros tierra adentro, donde el líquido “tiene mejor sabor”, cuenta su vecina, Victoria Argaña.
Los habitantes se quejan de pagar cuotas cada vez más altas a las aguaterías, que se aprovechan del nulo control estatal para manejar el negocio a su antojo.
Samaniego afirma que, en el último año, su proveedora incrementó dos veces la tarifa mensual, de tres a cinco dólares. Esto podría parecer poco, pero el suministro sufre constantes cortes, que en ocasiones duran hasta una semana, y la calidad del servicio es deficiente, pues la presión a veces no es suficiente para llegar a la ducha.
Para los técnicos la salinización es un problema menor comparado con males más acuciantes.
“El problema mayor es la contaminación”, declara Félix Carvallo, coordinador del estudio de políticas y manejo ambiental de aguas subterráneas en el Área Metropolitana de Asunción, que llevan adelante el Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (Senasa) y la Seam, con financiación de la cooperación japonesa.
Esta es la única iniciativa gubernamental destinada a elaborar un plan de gestión del agua. “Pero, a pesar de los esfuerzos, no se están logrando resultados positivos”, reconoce Carvallo.
Un estudio de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Asunción alertó en 2006 sobre el avance de la contaminación, principalmente por coliformes fecales. De las 100 muestras de agua analizadas, 34 por ciento tenían valores por encima de los límites aceptables para el consumo humano.
“Esto se debe a la falta de un sistema de alcantarillado sanitario. Las poblaciones del acuífero Patiño utilizan letrinas cuyos pozos ciegos dejan escapar los efluentes que penetran bajo tierra y llegan al agua subterránea”, explica Carvallo.
Según el Senasa, apenas 23 por ciento de las viviendas de la zona del acuífero están conectadas a la red pública de saneamiento, mientras 77 por ciento eliminan sus efluentes en pozos ciegos que infiltran las aguas servidas al acuífero.
Otras fuentes contaminantes son los 36 vertederos de basura distribuidos en toda el área, cuyos líquidos de descomposición orgánica penetran el suelo y llegan a las napas de agua.
Los “pozos perforados son una ventana abierta a la contaminación”, dice Amado Insfrán, de la no gubernamental Sobrevivencia – Amigos de la Tierra, entrevistado para este informe.
La falta de registros y control de los pozos, la creciente cantidad de empresas perforadoras y la ausencia de regulación estatal influyen para que este recurso limitado se degrade en capacidad y calidad, advirtió el técnico.
El parlamento paraguayo estudia un proyecto de ley de aguas que, según los técnicos, permitirá regular la explotación del recurso.
Pero empresas y sectores productivos se oponen a la ley, pues establecería el pago de derechos de uso y explotación de las aguas subterráneas.
“Lo más urgente es luchar contra la contaminación y la intrusión salina”, con medidas concretas como ampliar la red de saneamiento, expandir la cobertura de la Essap y obligar a las empresas a optimizar sus niveles de consumo de agua, asegura Insfrán.
El gobierno no tiene planes al respecto. Sólo algunos municipios estudian proyectos para instalar desagües cloacales en sus distritos.
Mientras, el tiempo pasa para personas como Jerónima Villalba. Cada día, su pozo de agua se va llenando de sal. Y en poco tiempo tendrá que pagar los servicios de una aguatería.
“¿Querés probar?”, dice y ofrece un vaso de agua de su pozo. El líquido tiene un sabor áspero, que el paladar no reconoce. Y agrega en tono jocoso: “Imaginate nomás que estás en la playa y tomás un poquito de agua de mar”.


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MAÍZ TRANSGÉNICO CONTAMINA LOS CULTIVOS TRADICIONALES EN URUGUAY.

La contaminación de los cultivos tradicionales de maíz plantados cerca de campos de maíz genéticamente modificados (GM) podría ser común en Uruguay, donde se ha permitido el cultivo de maíz transgénico desde 2003, dijeron los científicos.
Un estudio publicado en Environmental Biosafety Research ha encontrado semillas GM en tres campos tradicionales de maíz. Se dice que es el primer informe de la fertilización cruzada entre maíz MG y no GM en América del Sur.
Los estudios sobre la presencia imprevista de maíz GM y la contaminación de cultivos tradicionales en América Latina han llevado a algunos casos controvertidos, como un estudio de naturaleza retraída de México y otra investigación desarrollada por científicos peruanos, conllevó a una demanda por difamación en contra de uno de los investigadores que desafiaron los resultados y una campaña posterior a la libertad de expresión para los científicos.
Y el juicio en contra del maíz GM Monsanto en México recientemente ha reavivado el debate en el país que cuenta con los más diversos recursos genéticos del maíz.
Pero, a diferencia de México y Perú, Uruguay permite el cultivo de maíz transgénico. Las variedades MON810 y Bt11 fueron aprobados para su cultivo comercial en 2003 y 2004, respectivamente.
Las regulaciones gubernamentales especifican que los campos de cultivos no GM y GM deben estar a más de 250 metros de distancia para evitar la fertilización cruzada y asegurar la “coexistencia regulada”, y que el 10 por ciento del campo deben ser no-GM para proporcionar un área de refugio para biodiversidad.
En la última investigación, científicos de la Universidad de Uruguay, analizaron cinco pares de campos comerciales de maíz que los agricultores plantaron maíz GM más o menos al mismo tiempo que un cultivo no transgénico cerca.
Estudiar campos comerciales es mejor que usar parcelas experimentales, que pueden no corresponder a la situación de la vida real, los científicos argumentan.
En tres casos se detectan genes extraños a partir de maíz GM, los “transgenes”, en plantas producidas por semillas tomadas de los cultivos no modificados genéticamente. Los transgenes se supone sopla a través del polen de los campos transgénicos.
El mayor porcentaje de plantas transgénicas fue de 0,83 por ciento en un campo a 100 metros del campo de maíz GM.
En un caso, la fertilización cruzada se produjo a pesar de la barrera del árbol de eucalipto (12 metros de altura, 30 metros de ancho) que separan los campos, y otro caso se refiere a la interacción entre los campos de más de 250 metros de distancia.
Por lo tanto, un intercambio fecundo puede ser “una situación común en Uruguay”, señalaron los autores, añadiendo que la superficie sembrada con maíz transgénico en el país va en aumento.
“Estos resultados muestran también que la normativa vigente en Uruguay es insuficiente y que la política de coexistencia” lo real no es muy conocido entre los agricultores “, Pablo Galeano, autor principal del estudio, dijo a SciDev.Net. “Creo que hablar de ‘coexistencia regulada’ sin las herramientas necesarias para que sea viable no es más que retórica.”
Pero Galeano advirtió que los hallazgos podrían no aplicarse necesariamente a otros cultivos u otros países.
“La fertilización cruzada depende de la topografía, el tamaño y la orientación de los campos, el tipo de maíz, la dirección del viento durante el tiempo de floración, la temperatura y la humedad, por lo que es casi imposible de generalizar los resultados a otros cultivos, áreas o países”, dijo el investigador.
Daniel Bayce, gerente del Instituto Nacional de Semillas del Uruguay, dijo a SciDev.Net que los hallazgos no eran representativos porque la fertilización cruzada se ha detectado principalmente en los campos estaban demasiado cerca, y aun así “la frecuencia de la contaminación transgénica fue muy baja”.

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