LANZAN CAMPAÑA PARA REFORESTAR UN MILLÓN DE ÁRBOLES EN LA PATAGONIA.
La Patagonia es una región geográfica ubicada en la parte más austral de América, que comprende territorios del sur de Argentina y de Chile. Políticamente la región se divide en dos: la Patagonia argentina, al este, y la Patagonia chilena, al oeste.
Aunque no existe un consenso generalizado sobre los límites exactos del territorio patagónico, ni los criterios para definirlos, aproximadamente las tres cuartas partes pertenecen a Argentina y el cuarto restante a Chile.
Precisamente en la Patagonia chilena, el incendio que a fines de 2011 y principios de 2012 afectó a al Parque Torres del Paine no dejó indiferente a nadie. A nivel mundial se generaron más de 4 mil notas de prensa, y es una de las noticias más recordadas por los chilenos y argentinos. Basándose en estos y otros datos, se lanzó la campaña “Reforestemos Patagonia”, que busca plantar allí un millón de árboles.
La campaña Reforestemos Patagonia ha logrado gran apoyo a través de las redes sociales, y busca poder generar apoyos externos a a través de organismos gubernamentales e internacionales.
La campaña ha ido generando una serie de apoyos a través de las redes sociales, especialmente en Twitter, donde el hashtag #reforestemospatagonia ha tenido gran acogida. Es por eso que a través de esa misma red se lanzó un video que busca sensibilizar a las personas y hacerlas partícipes de la iniciativa.
La idea de la campaña es que cualquier persona, buscando la motivación personal que quiera, pueda donar un árbol. Para eso, ya hay más de 50 personalidades y rostros que han accedido a apoyar la iniciativa desde sus propias redes y plataformas de influencia.
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LA SELVA AMAZÓNICA NO ES UN ÁREA NATURAL.
La exuberante selva amazónica podría ser en gran parte implantada, según una novedosa teoría.
Se asume como paradigma de la naturaleza en todo su esplendor a la selva amazónica. Pero ¿que ocurriría con nuestra percepción de la realidad si descubriéramos que en realidad es en gran parte una selva implantada?
Barbarie versus criterio
Actualmente la producción de alimentos se asume como rentable en la medida que se utilicen grandes superficies en monocultivos estacionales trabajados con maquinaria apta para cubrir esas extensiones. Producto de esta concepción es la devastadora acción de desmonte nativo y el arrasamiento de las selvas en estas partes del mundo.
La sucesión ecológica
El licenciado en Economía Política y especialista en Medio Ambiente Antonio Elio Brailovsky sostiene que la Amazonía no es un área completamente natural, porque a lo largo de miles de años las diferentes tribus indígenas que la habitaron fueron produciendo profundos cambios ecológicos basados en la “sucesión ecológica”.
Este mecanismo de la naturaleza que utiliza para regenerarse forma parte del conocimiento ancestral de las diversas tribus indígenas de la región, y consiste en desmalezar pequeñas franjas de terreno virgen para implantar especies similares a las originales, pero altamente productivas para la alimentación humana y animal.
Luego de un determinado periodo de utilización de esta franja, se abre otra y se deja que la selva se regenere y cubra la franja utilizada, y así a través de cientos de años. Estas acciones han producido que la actual selva amazónica tenga un gran porcentaje artificializado.
Una posición intermedia
Esta novedosa afirmación se interpone como una opción a considerar entre aquellos que sostienen la necesidad urgente de prohibir el desmonte de sectores de la selva para producción de alimentos y la irracionalidad de la topadora y quema de extensas áreas naturales.
Debiera quizás buscarse un equilibrio entre arrasar la tierra en nombre de un pretendido desarrollo económico y la conservación a ultranza de la biodiversidad y los ambientes naturales. Aparentemente la utilización de tecnología no debiera limitarse a una mera acumulación de aparatos sofisticados sino a anteponer la inteligencia y recursos tecnológicos a los hechos.
Necesidad y medio ambiente
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señala que la necesidad de producir alimentos para el mundo y la creación de fuentes de trabajo genuinas no debieran ser incompatibles con el cuidado del medio ambiente, sino todo lo contrario.
En ese sentido, podemos ver una referencia minuciosa a los métodos de producción de alimentos en la selva sin alterar ni dañar el medio ambiente en la obra La suerte de la selva, de Susana Hecht y Alejander Cockburn (Bogotá, Ediciones Uniandes, 1993).
La obra hace referencia a los métodos de los pueblos indígenas, quienes se valen de marcadores naturales como el florecimiento, migración de los animales y su astronomía, para realizar las talas y quemazones controladas, respetando los ciclos biológicos del entorno.
Luego las siembras se realizan en forma escalonada permitiendo la diversidad de frutos al mismo tiempo en el mismo lugar, en consonancia con las necesidades alimentarias del grupo humano.
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