CONSERVAR BOSQUES PUEDE REDUCIR TRANSMISIÓN DE MALARIA.
Preservar la biodiversidad en bosques tropicales podría tener el beneficio adicional de eliminar la transmisión de la malaria, de acuerdo a un nuevo estudio.
El hallazgo contradice el punto de vista tradicional que sostiene que talar el bosque nativo para plantar cultivos agrícolas reduce la transmisión de malaria en la selva amazónica.
“Nuestro estudio sugiere, en cambio, que se puede conciliar la conservación de la biodiversidad con el control de la malaria”, dice a SciDev.Net Gabriel Zorello, epidemiólogo de la Universidad de Sao Paulo y autor principal del estudio.
Los investigadores se centraron en dos aspectos que pueden afectar la transmisión de malaria: las cifras de animales de sangre caliente y el número de mosquitos que no son portadores de malaria.
El área investigada es una cordillera grande pero poco poblada ubicada en la Foresta Atlántica, al sudeste de Brasil. Allí viven animales de sangre caliente, incluyendo pájaros de tamaño mediano a grande como tucanes y perdices, y mamíferos tales como monos aulladores y ardillas.
No se ha informado ningún caso de malaria en esta cordillera en los últimos 30 años, pero en un lugar cercano habita el Anopheles cruzii, el principal mosquito vector de la malaria de la Foresta Atlántica, que podría transmitir el parásito Plasmodium vivax, asociado a entre 80 y 300 millones de casos de malaria en el mundo.
Los investigadores ingresaron datos del área a un modelo matemático diseñado por ellos con el objeto de explorar qué sucedería con las tasas de malaria si aumentaba la cantidad de animales de sangre caliente y de mosquitos que no transmiten la malaria.
Encontraron que la circulación de P. vivax disminuye cuando hay más abundancia de mosquitos y animales, sugiriendo que los mosquitos compiten entre ellos, y que los animales actúan como huéspedes incidentales del parásito de la malaria, los cuales generalmente no transmiten la enfermedad.
“Estos aspectos de la biodiversidad que pueden dificultar la transmisión de la malaria son servicios que otorgan los ecosistemas forestales”, dice Zorello.
La conclusión respalda argumentos contra la ocupación por el hombre de áreas naturales protegidas y a favor de la inclusión de la biodiversidad en campañas de erradicación de la malaria, escriben los investigadores.
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CIENTÍFICOS PREDICEN MÁS LLUVIAS EN ARGENTINA POR EL CAMBIO CLIMÁTICO.
La comunidad científica se inclina por considerar que esta situación se debe a dos razones: al ya sabido debilitamiento de la capa de ozono y la liberación de gases con efecto invernadero.
El área metropolitana, la cuenca del Río de la Plata, junto al Litoral Argentino conforman un espacio geográfico, en el que los científicos predicen un aumento de las precipitaciones medias como consecuencia del cambio climático, según un informe publicado por el Gobierno de la Nación.
Uno de los referentes de Argentina en la mesa de debate enfocada en analizar el “Ozono y la Estratosfera, y su influencia en el Clima” es el docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la Universidad Nacional del Nordeste, Manuel Pulido, quien tuvo la oportunidad de participar y ser uno de los organizadores de uno de los encuentros en los cuales los investigadores apuntaron también como otro factor clave de este fenómeno al agujero de ozono, que produciría de manera paralela el secamiento de la zona de la Patagonia.
Los estudios que llevan a esta conclusión fueron presentados y debatidos en dos Talleres Internacionales de Cambio Climático que se desarrollaron uno en diciembre 2012 y otro en marzo 2013 en la ciudad de Buenos Aires, y que fueron uno organizado y el otro patrocinado por la SPARC Programa Mundial de Investigación en Clima (World Climate Research Programme).
De acuerdo con los registros aportados y que datan desde la década del 60 a esta parte, se evidencia un incremento de las precipitaciones medias en la mencionada zona.
La comunidad científica se inclina por considerar que este fenómeno se debe a dos razones: al ya sabido debilitamiento de la capa de ozono y la liberación de gases con efecto invernadero, como el CO2. Factores que estarían produciendo un corrimiento de las storm tracks (trayectoria de las tormentas).
“Si bien se tratan de estudios con altos fundamentos, la comunidad científica abocada a la investigación del cambio climático es muy prudente en salir a defenderla como una conclusión cerrada”, expresó el doctor Pulido. “Hay aún ciertas dudas y una de ellas tiene que ver con la naturaleza del corrimiento de las tormentas”, expresó.
Por lo pronto, la comunidad espera que la capa de ozono se comience a recuperar a partir de las nuevas regulaciones de liberación de gases nocivos, por lo que está previsto que en el transcurso de las próximas décadas la capa de ozono intensifique su proceso de recuperación.
En este sentido ya está en vigencia el Protocolo de Emisión suscripto por los países más industrializados del mundo en el que se comprometen a ir disminuyendo progresivamente la emisión de compuestos clorofluorocarbonados (cfc).
“La comunidad científica estimó en un principio que la recuperación de la capa de ozono, bajo las condiciones de emisión cero demandaría unos 30 años aproximadamente” explicó Pulido. “Sin embargo esta previsión sufrió un ajuste teniendo en cuenta estimaciones mas precias de la vida media de algunos compuestos. En función a esto, ahora se estima que la recuperación puede ser mas lenta y demandar entre 50 y 60 años”.
Para Pulido las precipitaciones que provocaron inundaciones en Capital Federal y La Plata se tratan de “eventos extremos”.
Los estudios de cambio climático se encuentran abocados a determinar si hay un aumento de las probabilidades de estos fenómenos extremos en los escenarios de cambio climático.
“Es de importancia estratégica para el país, contar con instituciones, en particular un fortalecimiento del Servicio Meteorológico Nacional, que puedan pronosticar en forma precisa este tipo de eventos extremos y alertar a la comunidad, como así también llevar adelante estudios que nos permitan determinar posibles cambios en la frecuencia de estos eventos extremos”, concluyó Manuel Pulido.
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LOS PATRONES DE LAS LLUVIAS TROPICALES SE PODRÍAN ALTERAR POR EL CALENTAMIENTO GLOBAL.
Una consecuencia a menudo ignorada del cambio climático es que el Hemisferio Norte se está volviendo más cálido que el Hemisferio Sur, lo que podría alterar significativamente los patrones de las lluvias tropicales, según un nuevo estudio.
Tal cambio podría aumentar o disminuir la precipitación estacional en áreas como el Amazonas, África subsahariana y Asia del Este, haciendo algunas zonas más húmedas y otras más secas que en la actualidad.
“Un hallazgo clave es la tendencia al cambio en las precipitaciones tropicales hacia el norte, lo que podría significar aumentos en los sistemas climáticos del monzón en Asia o cambios de la temporada de lluvias de sur a norte en África y América del Sur”, dijo el estudiante graduado de la Universidad de Berkeley Andrew R. Friedman, quien dirigió el análisis.
“La lluvia tropical prefiere un hemisferio más caliente”, resumió John Chiang, profesor de la Universidad de California en Berkeley. “Como resultado, las lluvias tropicales se ven directamente afectadas por la diferencia de temperatura entre los dos hemisferios”, según ha indicado Europa Press.
En general, los patrones de lluvia tropical se producen en bandas específicas de latitud, tales como la Zona de Convergencia Intertropical. Los investigadores dicen que un hemisferio norte más cálido provoca un vuelco atmosférico que tiende a debilitarse en el norte y fortalecerse en el sur, cambiando las bandas de lluvia hacia el norte.
“Es realmente en las regiones fronterizas de estas bandas donde se verán más efectos, áreas que no por casualidad son algunos de los lugares más vulnerables: zonas como el Sahel, donde la precipitación es variable de año en año y las personas tienden a ser más dependientes de la agricultura de subsistencia,” dijo Dargan Frierson, profesor asociado de ciencias de la atmósfera y participante en el estudio. “Estamos ante grandes cambios climáticos en el planeta y esperar que los patrones de lluvia sigan siendo los mismos es muy ingenuo.”
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LOS BENEFICIOS ECONÓMICOS Y NATURALES DE LOS ARRECIFES DE CORAL DE COSTA RICA.
La majestuosidad de los arrecifes de coral, que cubren aproximadamente 970 km2 de los fondos marinos de Costa Rica, tiene múltiples beneficios para la naturaleza y el ser humano pero sobre todo un importante valor económico.
En una publicación realizada por la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), que habla sobre los beneficios y las amenazas en las que se encuentra los arrecifes de coral en Costa Rica, muestra que el 97% de ellos está en peligro de desaparecer por las prácticas humanas que presionan el ecosistema marino.
A pesar de eso AIDA cuestiona el hecho de que saldría más barato invertir en soluciones y prácticas amigables para conservarlas, que la cara factura que tendríamos que pagar todos como país al provocar su desaparición.
Aunque muchos costarricenses no lo saben, en el mundo mucha gente vive de los arrecifes tanto por el suministro alimentario que proveen como por el incremento en el Producto Interno Bruto (PIB) que genera a través de actividades productivas como el turismo y la industria pesquera.
La publicación indica que el valor unitario por hectárea de un arrecife es de aproximadamente más de 1.000.000 de dólares, lo que para Costa Rica esto representaría hasta 582 millones de dólares para la economía nacional.
La pesca, el turismo, el descubrimiento de nuevos fármacos y la protección que provee los arrecifes de coral para mitigar el impacto del cambio climático son solo algunos de los beneficios que brindan estas bellísimas obras de la naturaleza.
Además de esto los arrecifes abastecen de recursos pesqueros a muchos países del mundo puesto que proporcionan a muchas especies de valor comercial, áreas para que estas puedan desovar, alimentarse y refugiarse.
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INVASIÓN DE ESPECIES EXÓTICAS SE INTENSIFICA EN CUBA.
La botánica Ramona Oviedo ha pasado décadas desandando campos cubanos para estudiar y controlar invasiones de flora exótica, un problema serio que tiende a agravarse con las alteraciones climáticas.
El recalentamiento “puede potenciar el impacto de las plantas invasoras, que son más resistentes que la flora autóctona cubana”, dijo Oviedo, investigadora del Instituto de Ecología y Sistemática (IES), en entrevista con IPS.
Las invasiones biológicas –de animales, plantas, hongos o microorganismos introducidos y adaptados– son resultado de la globalización, que universalizó actividades como viajes y comercio internacional, o de acciones deliberadas, como la piscicultura, el tráfico de mascotas, la horticultura y el control biológico, señala el Convenio sobre la Diversidad Biológica.
En la actualidad constituyen la segunda causa de la pérdida de especies, después de la degradación de los ecosistemas.
En Cuba hay 323 especies vegetales invasoras, que colonizan entornos naturales y agrícolas, desplazan la flora autóctona y causan desajustes muy costosos para el ambiente y la economía. Y otras 232 plantas exóticas tienen potencial para pasar a esa categoría.
El aumento del calor y de la sequía –efectos locales del cambio climático– dañará la vegetación nativa, y su lugar puede ser ocupado por especies exóticas muy resistentes y reproductivas. Los terrenos devastados o dañados por los huracanes pueden correr un destino similar.
En la segunda mitad del siglo XX, la temperatura media de Cuba subió 0,5 grados, según el informe “El Caribe y el cambio climático. Los costos de la inacción”, publicado en 2008 por investigadores de la estadounidense Tufts University. Y proyecciones locales estiman que para 2100 el aumento será de entre 1,6 y 2,5 grados.
Siete huracanes intensos pasaron por territorio cubano entre 2001 y 2011, única década con semejante registro desde 1791. La sequía se hizo más frecuente y severa desde 1961, y el episodio más agudo se extendió entre 2003 y 2005 por todo el país.
Esas alteraciones asociadas al calentamiento suceden en ecosistemas “debilitados, fragmentados y alterados” por siglos de desarrollo agrícola y urbanístico, subrayó Oviedo. Toda vez que las especies nativas se afectan, las invasoras encuentran más posibilidades de expandirse, puntualizó.
Cuba, como muchas islas, tiene una gran proporción de flora endémica –que solo es posible encontrar aquí– y que necesita ser conservada. Pero, para una economía como la cubana, manejar estas invasiones constituye un reto, dijo la experta. Muchas de estas plantas inhabilitan tierras cultivables y tapan cuerpos de agua o los contaminan.
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