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DESDE MAIMARA - QUEBRADA DE HUMAHUACA - PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD - JUJUY - ARGENTINA

martes, 10 de julio de 2012

CONSULTA PÚBLICA URUGUAY, BASE DE DATOS GENÉTICOS EN ARGENTINA Y SALARES CHILENOS.

URUGUAY REALIZARÁ UNA CONSULTA PÚBLICA PARA APROBAR TRANSGÉNICOS DE MAÍZ Y SOJA.

La Comisión para la Gestión del Riesgo (CGR) del Gabinete Nacional de Bioseguridad de Uruguay (GNBio), abrirá un período de consulta pública para la aprobación de seis nuevos eventos transgénicos, cuatro de maíz y dos de soja, con tolerancia a herbicidas y control al ataque de insectos.
Según se informó oficialmente se recibieron aportes de diferentes instituciones del Comité de Articulación Institucional (CAI), que se compilaron por la instancia de Evaluación del Riesgo en Bioseguridad (ERB), en informes técnicos que desde el martes 10 julio y hasta el martes 24, se publicarán en el sitio web del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.
Las autoridades recibirán los cometarios públicos por el correo electrónico bioseguridad@mgap.gub.uy, o directamente en la oficina de Bioseguridad del MGAP.
En diálogo con El Observador, el gerente de la Cámara Uruguaya de Semillas, Daniel Bayce, manifestó su satisfacción, ya que considera que la aprobación de los nuevos eventos es casi un hecho.
Por su parte, el presidente del Instituto Nacional de Semillas (INASE), Pedro Queheille, comentó que “en caso de que la aprobación se concrete esto será positivo.
Estos eventos corresponden a la nueva genética que se está dedicando a los cultivos, fundamentalmente soja y maíz, que permitieron un avance significativo. Se trata de tecnología de última generación para que los productores puedan utilizarla”.
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CREAN UNA BASE DE DATOS DE CÓDIGO DE BARRAS GENÉTICO DE ESPECIES EN ARGENTINA.

Investigadores trabajan en un proyecto de código de barras genético para identificar y descubrir las especies que viven en Argentina. La iniciativa es parte de un programa internacional orientado a conocer y preservar la biodiversidad del planeta
En los laboratorios de la División de Aracnología del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN), las arañas tienen siete patas en vez de ocho. Esto no es una anomalía de los especímenes, sino que esa pata faltante se usa para obtener el código de barras genético de la especie.
Y es que los investigadores del museo trabajan en la identificación de las especies a través de su material genético, como parte de una iniciativa mundial denominada Proyecto Internacional de Código de Barras de la Vida (iBOL, por su sigla en inglés).
Para ello identifican secuencias específicas, conocidas como “código de barras genético”, y las ingresan en una base de datos global. De esta forma, cualquier persona, en cualquier parte del mundo, puede comparar los datos de una muestra desconocida con las secuencias de referencia de la base de datos para identificarla.
El museo también forma parte de la Infraestructura Mundial de Información en Biodiversidad (GBIF, por su sigla en inglés), otra iniciativa global que tiene por objetivo recolectar y compartir los datos de la biodiversidad del mundo con fines científicos, biológicos y sociales.
Martín Ramírez, curador de la Colección Nacional de Aracnología del MACN, es el administrador del Nodo Argentina de GBIF. Actualmente esta colección tiene más de 120 mil piezas y Ramírez y su equipo se ocupan de que la información esté disponible para investigadores de todo el mundo.
“Tenemos informatizados los datos de casi 30 mil ejemplares de arácnidos”, dijo.
Además de participar en la identificación de los códigos de barras genéticos, el equipo trabaja en la reconstrucción del árbol filogenético de las arañas a través de marcadores genéticos. Es decir, reconstruir la historia de su evolución a partir de información contenida en el ADN.
Preservar para las generaciones futuras
El museo alberga además el repositorio de tejidos y material genético más importante de todo el país. Según Pablo Tubaro, director del MACN y curador de la Colección Nacional de Ornitología, los ultrafreezers del museo contienen muestras de más de 6.500 especímenes de 750 especies de aves y varios miles de ejemplares de otros cientos de especies de vertebrados e invertebrados de América del Sur.
“Cuando se colecta un animal, buscamos preservarlo íntegramente para estudios actuales y aquellos que pensamos que pueden hacer falta a futuro”, explica.
Porque además de los nuevos especímenes que ingresan en las colecciones todos los años producto del trabajo de campo, el MACN guarda una de las colecciones de historia natural más completas y antiguas del país. Muchos de los ejemplares tienen más de 100 años y fueron colectados por los primeros naturalistas del museo.
Incluso algunos especímenes pertenecen a especies que se extinguieron recientemente o están al filo de su desaparición. Un ejemplo es el del guacamayo azul violáceo (Anodorhynchus glaucus), que vivió hasta la década del 60 en las selvas en galería del río Paraná, y su distribución llegaba hasta Paraguay y el sur de Brasil. El museo conserva uno de los pocos ejemplares que existen.
“Estas colecciones antiguas tienen un gran valor científico”, comenta Tubaro. Su análisis puede aportar claves no sólo acerca de los cambios en la distribución de las especies, sino también información acerca de sus vulnerabilidades y probables causas de extinción. Además, como es posible obtener fragmentos de ADN de especímenes antiguos, este material puede ser utilizado para estudios genéticos y evolutivos.
Otras aplicaciones actuales a partir de las colecciones
Los investigadores pueden además estudiar los cambios en la dieta de determinadas aves analizando los cambios en las concentraciones de ciertas moléculas –llamadas isótopos– que se almacenan en las plumas.
“En los últimos tiempos hemos recibido varios pedidos de muestras de plumas de ejemplares antiguos de aves marinas para comparar con muestras actuales, para medir el impacto de la pesca comercial –entre otros posibles factores– sobre la alimentación de albatros y petreles”, comenta Tubaro.
Para Tubaro y Ramírez, los especímenes de las colecciones del museo representan gran parte de la diversidad genética del país y la región. La colección de tejidos ultracongelados del MACN constituye además un recurso estratégico y fundamental para la investigación científica nacional actual y futura.
“Si a eso le sumamos la posibilidad de obtener ADN de los millones de especímenes que poseen las colecciones nacionales, podemos decir que aquí en el museo estamos literalmente sentados sobre una montaña de ADN”, finaliza Tubaro.
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CHILE: LOS SALARES Y SUS ECOSISTEMAS ¿FUTURAS VÍCTIMAS DE LA EXPLOTACIÓN DEL LITIO?.

En Chile existen 50 salares o cuencas evaporíticas cerradas, las cuales podrían ser explotadas para obtener litio por los próximos 1.500 años. Sin embargo, no en todas esas zonas existe el mineral económicamente viable.
Hoy que todos opinan y ganan espacios en los medios de comunicación con declaraciones rimbombantes o con acusaciones fundadas en ideologismos anacrónicos sobre la propiedad y posible aumento de la explotación del litio, mineral que vale decir se sabe su existencia y cualidades desde hace muchos decenios, prácticamente nadie a puesto la mirada en los efectos medio ambientales que pueda traer su explotación.
Si bien se debe señalar que la obtención y tratamiento del litio ocurre mediante procesos menos contaminantes que el utilizado, por ejemplo, por el cobre al existir menos material particulado y menor utilización de agua y de energía, los efectos van en la alteración que se produciría en los ecosistemas de los salares.
Según algunas estimaciones, en Chile existen 50 salares o cuencas evaporíticas cerradas, las cuales podrían ser explotadas para obtener litio por los próximos 1.500 años. Se debe precisar que sólo algunas de esas zonas contienen el material económicamente explotable.
La doctora Cristina Dorador del Laboratorio de Biotecnología de la Universidad de Antofagasta, es clara en decir que hasta el momento en este escenario de las licitaciones nadie ha considerado que en esos salares y cuencas se ubican especies únicas en el mundo, desde microorganismos hasta mamíferos y vegetales, en muchos casos de carácter endémicos.
“Esta biodiversidad que estaría en peligro tiene un interés científico mayor pues se está estudiando, por ejemplo,  la obtención de productos naturales para fines medicinales como anticancerígenos. Por otra parte, se afectaría el turismo de intereses especiales, además tampoco se ha considerado que los salares y cuencas son fuentes milenarias de vida en el desierto y sus comunidades”.
Impacto
Diversos estudios señalan cerca de 14 salares como prioritarios para la explotación de litio, de los cuales la mitad se encuentran en áreas protegidas por el Estado.  
El hecho que un salar se encuentre dentro de un área protegida no garantiza su conservación, pues según el nuevo Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas del Ministerio del Medio Ambiente, el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad puede decidir sobre la desafectación de un área silvestre protegida.
“Si hoy  el Ministerio de Minería ofrece los 50 salares al mejor postor, lo más probable es que tampoco importe su conservación”, sostiene la investigadora de la UA.
Protección
Proteger los salares no es antojadizo.
La presión actual por el uso de agua para fines mineros de estos sistemas llevó a una disminución importante de los acuíferos, teniendo como consecuencia la pérdida de ecosistemas y consecuentemente de la biodiversidad.
“La futura explotación, que necesariamente requiere la destrucción de estos hábitats, acelerará los procesos actuales de deterioro de las cuencas, teniendo como consecuencia la pérdida de nuestras mayores reservas de agua y de diversidad genética”, sostiene Cristina Dorador.
¿Ganancias?
Según el modelo de licitación propuesto, se estiman ganancias de parte del Estado de hasta US$350 millones por proyecto en 20 años de explotación. Al analizar lo anterior, es evidente la paradoja resultante en cuanto a que se tenga que destruir hábitats únicos en el mundo para obtener un mineral que contribuye al almacenamiento de energías limpias.
“Cómo país ¿estamos dispuestos a sacrificar nuestra historia natural, fuente y origen de nuestra vida en el norte, por un modelo insostenible, que privilegia el lucro inmediato sobre la conservación de nuestros recursos más valiosos: en este caso la vida misma?”,  deja planteado la investigadora de la UA.

1 comentario:

Romina dijo...

Con urgencia es necesario volver a las raíces!
Basta de laboratorios!
gracias por mantenernos siempre informados.
Te leo
cariños!

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