BRASIL: DEFORESTACIÓN EN AMAZONÍA CAUSA PÉRDIDA DE FAUNA Y FLORA MICROBIANA.
Los expertos analizaron un área de 38 km cuadrados, en el sitio de Fazenda Nova Vida en Rondônia, Brasil, donde la selva tropical fue eliminada para uso agrícola.
La Amazonía, que posee el valor estratégico de ser el “pulmón natural del planeta” y reservorio de la biodiversidad, está experimentado graves consecuencias, debido a la deforestación.
Se trata de una pérdida neta preocupante en la diversidad de los organismos microbianos responsables del funcionamiento de los ecosistemas, revela un estudio de microbiólogos de las universidades de Texas en Arlington, Oregon, Massachusetts, Michigan State y la Universidad de Sao Paulo.
Los expertos analizaron un área de 38 km cuadrados, en el sitio de Fazenda Nova Vida en Rondônia, Brasil, donde la selva tropical fue eliminada para uso agrícola. Los resultados muestran que el número de especies bacterianas en el suelo donde hay pasto fue mayor, pero esas especies eran también menos relacionadas entre sí que las especies existentes en el suelo del bosque.
“Hemos sabido durante mucho tiempo que la conversión de la tierra para la agricultura en la selva del Amazonas produce una pérdida de la biodiversidad de plantas y animales. Ahora sabemos que las comunidades microbianas que son tan importantes para el ecosistema también sufren pérdidas significativas”, señaló Jorge Rodrigues, de la U. de Texas en Arlington.
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INDÍGENAS PERUANOS SE ABOCAN A LA INSPECCIÓN AMBIENTAL.
Cada fin de mes, Wilson Sandi prepara con la destreza de un ingeniero ambiental un plan de trabajo para que indígenas achuar, como él, registren las huellas de 40 años de explotación de hidrocarburos en la región amazónica peruana de Loreto.
Sandi es el coordinador de los monitores del Programa de Vigilancia Territorial Ambiental creado por Federación de Comunidades Nativas del río Corrientes (Feconaco), que concentra su labor alrededor en los lotes petroleros 1AB y 8, operados por la compañía de capitales argentinos Pluspetrol Norte.
Con equipos GPS, fotos y videos, los monitores registran los pasivos ambientales que permanecen desde hace varios años, así como las nuevas fugas de petróleo en cochas, quebradas, ríos y suelos de los que dependen las comunidades indígenas.
Desde que Feconaco empezó a implementar este programa en 2006, se documentaron 120 derrames. Junto a otras dos organizaciones indígenas del vasto territorio de Loreto, en el extremo nororiental, han logrado ubicar pasivos ambientales que ni siquiera el Estado no había incluido en su registro oficial.
Si se suman los monitores de la Federación Indígena Quechua del Pastaza (Fediquep) y la Federación de las Comunidades Nativas del Alto Tigre (Feconat), unos 40 de estos inspectores recorren de arriba abajo las cuencas de los tres ríos.
Son los ojos entrenados de las comunidades que acumulan evidencias técnicas para respaldar los reclamos de los dirigentes indígenas al Estado y a la empresa, en medio de un clima de desconfianza.
“Este es el mejor mecanismo que hemos tomado como organizaciones”, dijo a Tierramérica el quechua David Chino, vicepresidente de Fediquep.
Una cuarta organización, la Asociación Cocama de Desarrollo y Conservación San Pablo de Tipishca (Acodecospat), replicará en breve la experiencia en la cuenca del río Marañón para llenar el enorme vacío que deja allí el Estado.
En cuatro décadas de explotación petrolera en Loreto, Perú no ha logrado elaborar un registro actualizado de los pasivos ambientales de esa actividad, ni en todo el territorio nacional ni en la Amazonia.
Unos 9.000 pozos abandonados se identificaron principalmente en la zona norte del país. De ellos, más de 6.000 fueron mal cerrados y representan algún tipo de impacto ambiental. De la lista total, apenas se registraron 300 de la selva, informó a Tierramérica el ingeniero Jorge Villar, del Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin).
El Estado casi no logró ubicar los pozos mal abandonados en la selva. Por eso “nosotros estamos haciendo lo que hace tiempo las autoridades debieron enfrentar”, dijo Sandi a Tierramérica.
Con este esfuerzo, los líderes consiguieron la atención del Estado y que un grupo parlamentario visitara esas zonas a mediados de este año y elaborara un informe alertando de la situación.
También lograron que las autoridades fiscalizadoras iniciaran procesos administrativos para investigar en el terreno y elaborar un mapeo ambiental de esas cuencas de Loreto. El objetivo es que se actualice el registro de pasivos y los nuevos daños.
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